viernes, 25 de mayo de 2007

Vías Paralelas el 16


Un tren acababa de desaparecer por el hueco de un túnel tan lóbrego que presagiaba lo que iba a ocurrir. Las personas que momentos antes vagaban por el andén habían subido al tren y habían sido engullidas por la oscuridad que los llevaría hacia sus destinos tras una larga jornada de trabajo posterior a la fiesta del Chotis y las rosquillas tontas y listas.

De su cara emanaban sentimientos que creaban un halo casi gaseoso, densamente palpable, a su alrededor. Sus gestos casi imperceptibles contenían una impetuosa, turbulenta, violencia.

El andén se fue llenando progresivamente en los breves minutos que resonaban sus palabras.

Repentinamente las luces interiores de mi alma se apagaron y desaparecí también engullido por el mismo lóbrego y oscuro túnel.

En un triste e impersonal andén de una estación de tren.